Lizeaga (Astigarraga): Enero 31, 2019

Damos comienzo a las actividades del XXV aniversario de la I Sagardo-Bira volviendo 9 años después a Lizeaga, y tras un año sin visitar una sidrería de Astigarraga.

Asistentes: Mikel, Edu y Nesss

Previo

Sincronización total para juntarnos a la vez en la puerta del portal de Nesss, aunque antes le tocamos el pito a Edu (aunque lo tiene insensible y no se enteró) bajo la lluvia desde el coche de Mikel. Tras organizar el alojamiento estando más o menos sobrios (Mikel casi arranca el saco de dormir de su forro), salimos de nuevo bajo la lluvia a por el bus A1 para ir a Astigarraga. Recarga del Lurraldebus de Edu en cajero adaptado y dos pintxo-potes consistentes: En el Sagartxo cada uno tomamos un tipo de pintxo (Edu le echa la bronca a Nesss por pillar el de más pan antes de una sidrería, que luego se llena); destacamos que estaba bien buena (la pintxada), y en el Txiki tomamos todos el mismo tipo de pintxo para acabar la bandeja. Edu casi hasta bebe de la copa de vino de al lado, que estaba a su alcance. Consumiciones de 2 € cada (sidra+pintxo). De nuevo bajo la lluvia, y chapoteando en los charcos, vamos a la sidre, en cuanto podemos por el camino paralelo a la carretera, que al inicio parece cortado por obras. Muchos coches aparcados fuera, y es que hay dos sidrerías juntas.

Sidrería

Sitio donde comer justo al entrar junto a 4 kupelas de madera numeradas de 1 a 4 (la 1 con grifo abierto al público) y recepción en la esquina derecha. Los baños perfectamente identificados como KKLEKU. Un pasillo (muy moderno) con un hueco para comer donde Mikel conoce a algunos. Tras el pasillo, el sitio donde beber con 7 kupelas metálicas y 9 de madera, numeradas del 1-16. Un txotxero espera y las va abriendo a su bola, pero también las que se le pidan. En la zona de comer, de vez en cuando otro txotxero va abriendo las otras tres. Cuando llegamos, había algunos grupos (media entrada), pero al final se ocupan prácticamente todas las mesas. La proporción hombres-mujeres era de alumnado de Informática en universidad, pero la edad, de profesorado universitario. Además de locales, franceses y de otras partes del orbe terráqueo.

Comida: tres trozos gordos de chorizo cocido a la sidra, una tortilla de bakalao curiosamente cilíndrica y de sabor bueno y peculiar (a Nesss le toca el extra de calcio, al encontrarse un trozo de cáscara de huevo), tres tajadas de bakalao hermosas con cebolla pochada, y completamente cubiertas bajo toneladas de pimiento verde frito (Josune, cómo te echamos en falta…), dos txuletones… ya cortados (WTF) pero que al menos estaban tiernos y jugosos. De postre queso muy bien curado, membrillo, y nueces. Total, 34 euros por persona, 102€ en total. Destaca negativamente el ritmo vertiginoso que se marcan en servirnos la comida, especialmente la camarera de gafas: Antes de acabar con los choricillos, que salieron antes de beber la primera sidra, ya nos plantan la tortilla en la mesa. En cuanto acabamos la tortilla retiran la bandeja y tarda poco en llegar el bakalao; dan la sensación de tenerlo todo hecho y esperando a servirlo. Al acabarlo, y cuando sólo llevamos 45’ en la sidrería, les decimos que no saquen la carne hasta que les avisemos, lo que les sorprende y nos avisan que entonces tardará mucho en salir la carne, a lo que respondemos que no hay prisa. Que nos dejen disfrutar de la sidra, leñe! Por cierto que cuando rato después les dijimos que ya sacaran la carne… la sirvieron en menos de dos minutos (menos mal que iban a tardar mucho). Volvemos a pedirles stop hasta avisarle para la segunda txuleta y nos dicen que ya no estaba el parrillero y que tardarían mucho otra vez, aviso que ignoramos. Y bien hicimos porque al darles el ok, indicándoles que por favor no la sacaran ya cortada, volvieron a tardar segundos en servirl… y además la sacan también cortada lo que nos regocija sobremanera. Demasiadas ganas de despachar a los clientes, la verdad.

En cuanto a la sidra misma, en cada kupela tiene un sabor distinto, con grandes variaciones, desde alguna muy rica hasta alguna otra olvidable. El txotxero de la zona de beber avisa que este año la sidra tiene un grado más de lo habitual. Mientras bebemos en la de metal, nos parece ver la sombra de Gollum buscando su tesssssoro (aunque resultó ser el primo de txotxero arreglando un buzón). Reparamos en dos bertsolaris que están entre la clientela, uno de ellos hijo de sidreros y concretamente el chaval de 17 años que echaba bertsos en el Txotx Berri de 2002 (coincidimos en que ha envejecido muy mal), evento que él mismo no recuerda. Las dos únicas chicas que fueron solas estaban situadas cerca de nuestra mesa pero separadas de nosotros por una especie de tolva que amenazaba descuernarnos si nos acercábamos a ellas. Pronto son separadas hábilmente por los comensales buitre que las rodean por separado y no sabemos si volvieron a coincidir juntas. También destaca el look de pijama para ir de sidrería. El grande de barbas toma siempre el camino recto sin reparar en que haya personas o chorros de sidra. Nesss y Mikel deprimen a Edu tras contarle las desventuras de su paisano gallartino de infausto recuerdo. En los postres, vamos viendo cómo la gente sale a fumar una y otra vez, que aprovechamos para ayudar a los desganados a comer el queso que junto con un poco de pan servirá de bocatilla mañana por la mañana. Salimos los últimos (para variar), a las 23:30.

Epílogo

Mientras todos los demas asistentes a la sidrería cogen sus cochecitos, nos acercamos caminando al Ikatza tras comprobar que el camino no estaba cortado como nos pareció a la ida. El camarero clásico nos reconoce y nos saca unos kalimotxos de sabor rompedor (demasiado vino). Edu le comenta a la camarera que ella tenía 7 años cuando hicimos la I Sagardo Bira. Fuera vemos a toda la panda de la sidrería, clientes y txotxeros; las dos chicas siguen rodeadas y separadas por las manadas de lobos.

Cuando decidimos volver a Hernani, como no llueve, Edu sugiere darnos un bonito paseo de media hora. Edu corta las rotondas como Fernando Alonso aprovechando que no había ni mucho ni poco tráfico. Ya en Hernani, Edu desaparece como un tiro por causas de agua mayor, cansancio generalizado, y una patita herida por el puto calcetín retorcido. Mikel y Nesss toman un trago en el Kixkal a solas con la camarera del local y el del bar nuevo, que parece estar fuera de servicio, pero es quien nos dice que echan el cierre. En casa Nesss toman un poco de agua para hidratarse y a dormir, que al día siguiente toca trabajar. Edu no se entera de nada de esto pues durmió desde las 00:30 hasta las 9:30 reeenchanchandose hasta las 11:30, no mentía al decir que estaba cansado. Los demás también durmieron de un tirón y muchas horas seguidas, debió ser el grado extra de alcohol en la sidra.